jueves, 2 de diciembre de 2010

Edinburgh: Ciudad de los sueños

El martes llegué a Southampton después de un maravilloso y muy frío viaje a la capital de Escocia, y he venido totalmente encandilado y enamorado de esa preciosa, antigua y mágica ciudad. Y ahora, justo anoche, cayó la primera nevada en Southampton, por lo que nos pasamos la noche Heiko, Susanna y yo, junto a gente del 6º piso, jugando en la calle a pelearnos con bolas de nieve.


Quizás tenga que ver con que nunca he disfrutado demasiado de días nevadas, o a lo mejor está relacionado con que saca mi mejor y más risueño lado infantil de mí mismo, pero sea por el motivo que sea, lo que no puedo negar es que la nieve me hace sentir muy bien y me encanta. Me acuerdo de cuando mi madre me decía que me pasaba el día pensando en las musarañas jugando. Pues sí, y eso es lo que me ha llevado a ser quien soy, buscando disfrutar al máximo en todo lo que hago.


Volviendo a mi viaje, recomiendo ir a ese rincón del mundo, donde disfrutar de montaña, mar y ciudad al mismo tiempo, con parajes inmejorables. Eso sí, la próxima vez escogeré fechas primaverales para verlo todo verde, aunque blanco tiene un encanto descomunal. Y es que no puedo dejar de usar adjetivos positivos y que expresen este estado de euforia en el que me encuentro. Sin clases por el momento (aunque alguna cosilla estoy volviendo a hacer, que va tocando), con los días para disfrutar y divertirme, estoy recolectando las alegrías de este año de Erasmus que, como ya me dijeron antes de venir, nunca olvidaré.


Ahora, para dejaros, os adjunto la fotografía que me saqué desde Calton Hill. Nunca me he sentido tan lleno e inspirado como lo estuve el rato que divisé Edimburgo desde allí.


¡Llega la blanca navidad!

jueves, 25 de noviembre de 2010

“Sibylle”: Le ciel du Belgique


Hace tiempo que quería hacer una serie de posts dedicados a describir y hablar de las personas que estoy conociendo y me acompañan en esta impresionable aventura. Y después del perfecto día de ayer, no quería dejar pasar esta oportunidad para empezar con Sibylle: Je te dédie ces mots, Sibylle :)


Hier, avons fini nos classes et nous sommes allés à la residence de Sibylle. Nous avons bu une bouteille du ron, et nous avons ecouté musique clasique et musique du Yann Tiersen. C'était parfait! (Ayer, terminamos nuestra entrega de ilustración, y tras el éxito de esta nos propusimos celebrarlo con una botella de ron (James Cook, como el personaje de Skins xDDD) en su residencia. Escuchamos música clásica, Yann Tiersen y demás. ¡Fue perfecto!)


Sibylle es mi compañera de clase, procediente de Lieja, Bélgica, para quien no me haya oído mencionarla anteriormente. Es una de esas pocas personas que conoces a la largo de tu vida con las que compartes un montón de aficiones, gustos e incluso vivencias. Y como ella bien sabe, hemos prometido visitarnos correspondientemente, e incluso tengo una invitación para larga estancia en Bélgica, que seguramente lleve a cabo ^^). Lo único malo es que ella no estará todo el año, y dos semanas después de volver de vacaciones de Navidad, abandonará Southampton, lo cual sé que producirá una gran tristeza.


Pero seguro todavía nos volveremos a encontrar en otras ocasiones, y aún nos queda por disfrutar de grandes experiencias juntos, como el viaje que mañana emprendemos, junto a Sandra (posiblemente mi siguiente post se lo dedique a ella, ya que son las dos personas con las que más momentos he compartido) y una compañera francesa de Sibylle, hacia Edimburgo (Edinburgh), la capital del país de mis sueños (viaje que tanto he anhelado con el paso de los años). Ya comentaré en el futuro que tal ha ido, así como mis futuros viajes y las notas de la presentación, que espero que sean buenas.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Días y días

Hay días y días, se suele decir. Pues sí, es tan cierto como lo son la gran mayoría de los refranes españoles en cierta medida. Pero entre mis favoritos, está ese que nunca olvidaré como aprendí: Uno es esclavo de lo que dice, dueño de lo que calla.

Por eso, con mucho esfuerzo en el camino, he aprendido en ocasiones a callar. Lo malo, es que mi silencio suena tan extraño, que a la gente le parece un llanto desesperado, la canción más dura y cruda que haya salido de mi garganta.

Porque hice de los gritos y las palabras la melodía que lleva el ritmo de mi vida, y el silencio lo reserve para aquellos momentos en los que el espectáculo necesita un nuevo dibujo, un solo perfecto. Quizás sea porque en silencio, me pasaron las cosas más importantes de mi vida, cuando en escasas ocasiones me quedo sin palabras. Y hagamos que esta noche la música suene.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Mi sueño conmigo

Hace un tiempo escribí que empezaba a adaptarme a esta nueva experiencia, a la “tierra prometida” de mis sueños infantiles, a una nueva y prometedora etapa.

Ahora, sin embargo, la cosa ya no va sobre adaptación. Ahora estoy comenzando a ser feliz aquí. Muy feliz. Porque a pesar de las pequeñas inconveniencias, de los ocasionales problemas con el idioma y la gente nueva, así como una gran lista de diminutos obstáculos, aquí estoy encontrándome a mí mismo en facetas que ni yo mismo conocía.
Uno mismo alberga un laberinto que a través de los años vas entendiendo cada vez mejor, sin terminar nunca por hallar algo que te sorprenda, con lo que deleitarte o sufrir. Pero la verdad es que todos los balances que puedo hacer sobre mis dos primeros aquí, son positivos.

Entre uno de ellos, la gente que he conocido. Mis compañeros de piso, la gente de clase, el resto de erasmus y los estudiantes ingleses. Todo el mundo, esa gran colmena de diferentes culturas que me aporta tanto día a día.

Y destaco la magnífica noche del miércoles, con mis compañeros de clase, como también podría destacar otras mil. Porque la vida me sonríe, y yo no voy a ser descortés, y le devuelvo el gesto.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Pequeñas manchas rosas tiñen el cielo gris


No siempre me asusto fácilmente, pero lo hago. Pero lo bueno es que siempre hay una solución, una vía de escape.

Porque no importa cuanto te puedan entristecer ciertas decepciones. Ni cuanto llegues a extrañar una tierra en la que a veces también te sentías solo. No puedes evitar dejar de mirar atrás, al menos durante unos minutos, para encontrar algo que añorar, algo que ahora crees que fue perfecto, y que sin embargo la memoria te puede demostrar lo contrario.

Los días malos son como los buenos: existen. También los hay vacíos, huecos, rellenos de algo sabroso, y de algo no tan apetecible. Los hay cubiertos de mierda o los que tienen una masa dulce y esponjosa, que te hacen sentir bien. Los hay planos y largos, cortos y asfixiantes. Los hay monocromos o coloristas. Pero sobretodo los hay que son de un color, pero con un sutil punto final de su opuesto, que produce tal contraste que te hace declinar la balanza hacia este último.

Pues no puedo evitar enfadarme, refunfuñar, entristecerme, añorar, marearme y pensar, pero siempre puedo recurrir a una risa, una caricia amiga al otro lado del auricular, que me haga olvidar los grises bocetos, y quedarme con la obra final.

El mejor resultado, saber que tengo a mi gente ahí. Que os tengo aquí. Que te tengo a ti. ^^



domingo, 31 de octubre de 2010

Dude, where is my bat?

Esta frase repetí varias veces anoche, en la fiesta de Halloween que organizaron los chicos del piso de abajo, el temido 6º C. Y me lo pasé en grande, además de conocer a muchísima gente. Y lo bueno de las fiestas de aquí, es que al comenzar pronto, también terminas muy pronto, y así tienes más horas para luego dormir.

Como veréis en la siguiente fotografía, con estas pintas de psicópata con un bate de béisbol me presenté. Y como me imaginaba antes de comenzar, perdí el bate enseguida... Y encima lo he visto por fotos en manos de mucha gente luego, dentro del piso e incluso en la calle... Lo echo de menos, pero afortunadamente su bajo valor económico reduce mi pena.

La verdad es que no decepcionó mi primer fiesta de halloween en tierras inglesas (espero que no sea la última, empezando porque hoy saldré un rato a ver el ambiente de una verdadera noche de Halloween, aunque volveré pronto ya que mañana tengo clase).

Bueno, la verdad es que estoy actualizando menos de lo deseado, pero aún no saco provecho al 100% a mis días, entre las tareas domésticas, las clases y la vida social, se me escapa un gran porcentaje del tiempo (al que hay que sumar el hecho de que me he puesto al día ya con todas las series de televisión que sigo... Yuuumi).

Aquí os dejo una imagen para que os acompañe esta noche en vuestras pesadillas. Saludos desde la casa del terror de Southampton.

jueves, 21 de octubre de 2010

Una sonrisa sin prisa

Sin demasiadas ganas de marcharse, así se ha asentado hace un par de días una sonrisa en mi boca. Perezosa y algo obesa, ni siquiera se mueve un milímetro para ir al baño. Esta tan cómoda en la parte baja de mi cara, en el hueco que ha encontrado entre la nariz y la barbilla, que no parece tener intenciones de abandonar este lugar al que ha llegado sin previo aviso.


Quizás la trajo un buen lunes o un fructífero martes. Posiblemente lo haya retenido la escapada al maravilloso Common Park del miércoles, con la divertida sesión de fotos en el cementerio de la ciudad, tan gótico y bonito, tan inspirador y misterioso. Y tampoco se quiso marchar anoche, en una noche algo aburrida en una fiesta afroamericana en una discoteca (última vez que pago por una entrada tan abultada sin saber bien a donde me adentro).


Y es que, aunque estén muy cerca los fantasmas y demonios de Halloween, me parece que la sonrisa traviesa se quedará a jugar un rato más, disfrutando de la hospitalidad que le da el resto de mi cuerpo, encantado con su visita.


Lo malo de estos simpáticos huéspedes es que nunca sabes cuando te van a abandonar. Sin embargo, hay que disfrutar de su compañía, mientras dure.